Ni los animales se salvan de las balas ‘perdidas’ disparadas por las bandas de extorsionistas en Barranquilla.

La más reciente víctima fue “Capitán”, un perro que merodeaba el pasado jueves por la vía pública en la calle 61 carrera 16,  barrio Buena Esperanza, en el suroccidente de la capital del Atlántico.

Residentes en el sector le daban los alimentos diarios al canino que un día cualquiera apareció en el barrio “y se amañó”. Cuenta un vecino que le brindaron cariño y lo convirtieron en la mascota de la cuadra. Los protegía de los extraños que llegaban a la zona.

“Era amigo de todos en la cuadra, queridos por todos porque a los que veía raros, los correteaba”, dijo un testigo. 

La muerte de "Capitán"

Pasadas las 6:30 de la tarde del jueves anterior se presentó un caso de un ataque a una vivienda, cuyo propietario, un prestamista, es víctima de la intimidación de bandas dedicadas a la extorsión. Un caso similar al conocido el pasado 12 de abril en el barrio Los Andes.

En el caso del barrio Buena Esperanza, dos horas antes al prestamista le habían lanzado un panfleto en la verja. Debía llamar en dos horas pero el hombre no respondió a la exigencia de los delincuentes.

Pasadas las dos horas, llegaron hombres en motocicleta, el parrillero se bajó y disparó contra el inmueble.

“Capitán” estaba en las calles que eran su hábitat y una bala ‘perdida’ lo alcanzó. 

Un habitante del barrio lo auxilió, le hizo las primeras curaciones pero faltaron recursos para llevarlo a una clínica veterinaria. La bala lo penetró y le causó daños internos en su organismo.

“La bala se le alojó en el costado izquierdo, a la altura de los pulmones”, narró un vecino que confirmó el posterior deceso de la querida mascota de todos en el barrio. “Capitán murió 15 minutos después, la bala entró, pero no salió”. 

Por fortuna, ninguna persona resultó herida porque fueron varias las balas disparadas.

Vecinos contaron que las amenazas de las bandas de extorsionistas en el sector van en aumento y que de esta situación tienen conocimiento las autoridades de Policía.

Coincidencialmente, el día del ataque, unos 10 minutos antes policías del CAI San Vicente, del barrio Cevillar, habían estado  patrullando en el sector, pero los extorsionistas siempre aprovechan el factor sorpresa.

“Esto por aquí está puteado, a diario atracan y extorsionan”, contó finalmente a Zona Cero un vecino que pidió la reserva de su nombre.